Además de todo tipo de plantas autóctonas, también ofrecen productos fitosanitarios ecológicos. | Gemma Andreu

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Con el propósito de dar ideas y herramientas para orientar la jardinería hacia un modelo de bajo consumo de agua, sin plantas invasoras y sin químicos contaminantes, la sección insular de Menorca del Grupo Ornitológico Balear y de Defensa de la Naturaleza (GOB) puso en marcha en 1998 Es Viver de plantas de Menorca, una iniciativa para promocionar el uso de plantas autóctonas a través de su producción en ecológico y la posterior comercialización.

El proyecto tenía como objetivos el apostar por una jardinería sostenible basada en plantas autóctona de Menorca o adaptadas al clima mediterráneo, además del diseño y mantenimiento de estos espacios para clientes así como la creación de sistemas de depuración de aguas residuales con plantas acuáticas. Un buen ejemplo de economía social y solidaria impulsada desde una entidad sin ánimo de lucro que ha sabido asentarse en la Isla como un lugar de referencia después de 26 años en funcionamiento. En 2023 comercializaron 15.000 plantas de huerta ecológica, 8.000 plantas adaptadas para jardinería sostenible y 500 árboles frutales de variedades locales.

ORÍGENES. Como pasa a menudo en el mundo asociativo, las sinergias entre varios colectivos hacen germinar nuevas iniciativas que en un momento determinado, prenden fuerza y salen adelante. Este es el caso de Es Viver de plantas de Menorca del GOB, surgido a raíz de un taller ocupacional que la entidad ecologista estuvo impartiendo en Cáritas Menorca. «La Fundación Mestral nos había pedido que les hiciéramos unos cursos de formación en jardinería. Ello disponían de unos terrenos municipales cerca de la nave donde llevaban a cabo recuperación de materiales de segunda mano y hablando con ellos, se nos despertó la idea de poder crear un vivero para promocionar el uso de plantas autóctonas a través de su producción y comercialización para ajardinamientos y repoblaciones», comenta Águeda Escaño, responsable del GOB.

Es Viver
Es Viver cuenta con cuatro personas contratadas, una de ellas a través de un convenio con la Fundació de Discapacitados de Menorca, además de los voluntarios.

«La filosofía de aquel nuevo espacio que abrió sus puertas en 1998 era la de intentar transitar de una jardinería convencional hacia una de adaptada al medio», añade Escaño. Así pues, «se trataba de un espacio de 4.200 metros cuadrados en la carretera que enlaza Maó con el aeropuerto que inicialmente nos dejó Caritas Menorca mediante un convenio pero que con el paso del tiempo, se segregó y nos acabó cediendo directamente el Ajuntament de Maó a largo plazo para poder desarrollar toda esta actividad», comenta. Es Viver de plantas de Menorca se inauguró oficialmente el 30 de abril de 2002.

CRECIMIENTO. Con el paso del tiempo se fue dando forma a todo aquel proyecto en el que la figura del entonces coordinador del GOB, Tòfol Mascaró, biólogo de formación y gran conocedor y divulgador de la riqueza natural de Menorca, fue clave para sentar las bases de la que ha sido su evolución a lo largo de los años con los distintos equipos técnicos que han ido participando en este proyecto de largo recorrido. En este sentido, la extensa lista de plantas silvestres de la Isla para jardinería sostenible, plantas aromáticas y culinarias, plantas arbustivas, árboles de fruta de variedades locales de Menorca o planteles de huerta ecológicos de variedades locales que se fueron incorporando a Es Viver junto con productos fitosanitarios ecológicos, macetas y bandejas de alvéolos para semilleros o incluso tierra para hacer planteles y para macetas con certificado ecológico, construyeron un espacio único y diferenciado en la Isla.

«Existía también una voluntad de acercarnos a los jardineros autónomos de Menorca para que nos conocieran y que pudieran disponer de esta riqueza natural para sus clientes, creando una red que llegase al máximo número de profesionales del sector», añade Águeda Escaño. La formación y la difusión también sería otro de los puntales en esta vocación de promocionar los jardines sostenible con talleres, charlas y formaciones que se siguen ofreciendo en la actualidad.

Es Viver
Júlia Álvarez es una de las voluntarias de Es Viver de plantas del GOB que lleva más años ayudando.

SERVICIOS. Pero no solo sería la comercialización de todos estos productos la misión que tendría Es Viver de plantas del GOB sino también, el poder ofrecer servicios de jardinería adaptada. Desde el diseño y construcción de jardines sostenibles de bajo coste de mantenimiento; el mantenimiento y conservación de jardines y áreas verdes, la reconversión de jardines convencionales en jardines de bajo mantenimiento o la regeneración ambiental y paisajística de zonas degradadas.

En este sentido, además de las distintas labores que hacen dependiendo de la época del año para sus clientes, también llevan a cabo el mantenimiento del Parque Rubió de Maó en coordinación con el personal del parque y del propio ayuntamiento de la ciudad. «Una de las principales amenazas de la biodiversidad son las especies invasoras y la principal entrada se produce a través de jardinería o planta importada. Esto es un problema a escala mundial, pero en una isla todavía supone es más peligroso porque la colonización puede acabar en desastre ambiental», explica Eva Cardona, técnica que se ha incorporado este año en el centro.

Es Viver cuenta con tres personas contratadas en plantilla además de un grupo de seis voluntarios que oscila dependiendo del momento del año y estudiantes en prácticas de la Universidad de Girona y de la Escuela Rubió y Tudurí de Barcelona. También dispone del asesoramiento externo de Pere Fraga Arguimbau, reconocido especialista en jardinería.

DÍA A DÍA. La singularidad de un vivero como este que está certificado en ecológico y que desde sus inicios, ha apostado por ofrecer plantas endémicas lo ha convertido en referente pero también en singular por la idiosincrasia del proyecto. «El apoyo que ofrecemos a la horticultura pero también a la agricultura, es a través de otros valores que no van a competir con el mercado sino a concienciar con el ejemplo. En este sentido, los árboles frutales de variedades locales que comercializamos se obtienen a través del proyecto Arbres d’Algendar de reinserción que lideran desde Caritas», comenta Eva Cardona. Además del propio vivero, también cuentan con un segundo punto de venta de sus plantas endémicas en la Cooperativa San Crispín de Alaior en esta manera de establecer sinergias con entidades sin ánimo de lucro.

Una de las voluntarias que lleva más tiempo vinculada al proyecto de Es Viver de plantas de Menorca del GOB es Júlia Álvarez, que realiza una labor encomiable de dedicación y esfuerzo. «Cada vez hay más gente concienciada de que el agua es un bien escaso en nuestra Isla que no podemos malgastar», detalla Álvarez. «La planta que más se vende en Es Viver es la camomila de Menorca (Santolina magonica) que no debemos confundir con la manzanilla común, ya que son plantas diferentes», explica. «El poder colaborar con este proyecto, me reconforta», concluye Álvarez.