TWL

La evidencia empírica más actual señala que los países y regiones que priorizan la innovación parten de una mejor posición para afrontar los desafíos y beneficiarse de las oportunidades que derivan de los escenarios de transición (como el tecnológico, energético, circular…) que afrontamos. Al mismo tiempo, la evidencia disponible muestra como las empresas que generan o adoptan innovaciones sobre sus productos, procesos, organizaciones, etc., no solo se adaptan mejor a las tendencias de los mercados, sino que son capaces de ampliar sus márgenes de valor y, lo más importante, descubrir nuevos tipos de valor hasta entonces inexplorados.

Aterricemos en Balears. Según los últimos resultados del índice de competitividad global, disponibles a través de la aplicación i|ICG de Impulsa Balears, las islas sitúan la performance de los impulsores de la innovación en la posición 115 de un ranking de 234 regiones de la UE-27. Se trata de una posición que esconde una puntuación inferior a la media europea y que sitúa el archipiélago a la mitad del arco de puntuaciones (48,8%), que lidera Dinamarca-Capital. De hecho, 3 de cada 4 regiones europeas con una renta per cápita similar a la que Balears se ubican entre las 100 regiones más innovadoras de la UE-27.

La evidencia sugiere, pues, que Balears acumula cierta desventaja en materia de innovación que es necesario revertir para volver a estar en línea con las regiones más avanzadas y prósperas de Europa. En esta carrera es necesario dar una vuelta de tuerca a la innovación empresarial, pues, de nuevo, la evidencia sugiere que existe un notable margen de maniobra para:
(i) Incrementar la predisposición en las empresas a innovar. Actualmente, el registro de pymes innovadoras recoge un total de 87 empresas en Balears, lo que arroja una ratio de 0,89 empresas por cada mil pymes activas. Una ratio inferior a la media nacional (1,85) que cierra la distribución autonómica, tan solo por delante de Canarias (0,75), y que mantiene un amplio diferencial respecto de las comunidades líderes, como Navarra (3,00), La Rioja (2,84), Madrid (2,59) y Cataluña (2,46).
(ii) Aumentar la aportación de la empresa al esfuerzo en I+D regional. Actualmente, el sector privado, que incluye empresas y entidades sin fines de lucro, responde solo del 37,8% de la inversión en I+D que se realiza en Balears.Un porcentaje que se sitúa por debajo de la media nacional –que supera la mitad de la inversión (56,8%)– y, todavía más, de la media europea –que alcanza los dos tercios (67,6%).

Ahora bien, es preciso reconocer que en la aventura de la innovación las empresas no están solas. Y es que, la innovación surge del complejo entramado de relaciones que se establecen entre empresas innovadoras - empresas no innovadoras – administraciones - universidades - centros tecnológicos – agentes financiadores - agentes intermedios. A este entramado de relaciones se le denomina ‘sistema de innovación’. Es en favor de este sistema que se deben activar y concentrar los esfuerzos y no, como de costumbre, en piezas aisladas.