Clinton visitó la tumba de Isaac Rabin en Jerusalén.

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EPR - JERUSALÉN/WASHINGTON El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, aseguró ayer en Jerusalén que no tenía ninguna intención de renunciar a su cargo, en su primera reacción tras la aprobación el sábado del cuarto y último artículo de destitución en su contra por la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes. «No tengo la más mínima intención de dimitir. Jamás se me ha pasado por la cabeza», declaró.

Clinton, que aseguró no haberse sorprendido por el resultado de la votación, afirmó también que no admitiría que cometió perjurio cuando trató de esconder a la justicia su relación con la ex becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky. «En mi opinión, para todo el mundo es evidente que el resultado de la votación se sabía por anticipado», añadió, no sin antes dejar entrever que hay fuertes presiones para que renuncia a su cargo.

La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, será convocada el próximo jueves en Washington, en sesión especial, para adoptar o rechazar los cuatro artículos de destitución. El presidente norteamericano está acusado de perjurio, de obstrucción a la justicia y de abuso de poder.