La actividad económica en Bagdad recuperó ayer la normalidad.

TW
0
FRANCE PRESS/EFE Terminados los bombardeos Irak, o por lo menos suspendidos por el Ramadán, el Consejo de Seguridad de la ONU inició ayer consultas para analizar el daño causado por la ofensiva militar y las posibilidades que existen de reanudar las inspecciones, pese a que Irak ya ha anunciado que no dejará volver a los expertos de Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, reconoció antes de que comenzara la sesión de ayer que el Consejo esta dividido, y expresó confianza en que en las próximas semanas se superen las discrepancias.

Los Quince miembros del Consejo mantienen serias diferencias sobre los ataques. En principio, deberían intentar unificar sus criterios en torno a un proyecto presentado por Rusia. «Si el Consejo de Seguridad pudiese adoptar en los próximos días una posición unánime en cuanto al futuro, éste sería un gran paso», indicó a los periodistas el embajador francés Alain Dejammet antes de la reunión a puerta cerrada del Consejo.

Pero dónde el Consejo mantiene verdaderamente diferencias es en el futuro de la comisión especial de la ONU para el desarme de Irak (UNSCOM) y de su jefe, Richard Butler.

Francia propone una nueva organización para controlar el desarme de Irak y piensa, como Moscú y Pekín, que Butler debería dimitir de su puesto al frente de esta organización. «Necesitamos a alguien realmente profesional y que se centre en el control del desarme», indicó Dejammet. Por el contrario, diplomáticos británicos y norteamericanos reiteraron ayer su «apoyo» a su «compromiso» con Richard Butler.