Las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos se constituyeron
ayer bajo la sombra del juicio que el Senado comenzará hoy jueves
contra Bill Clinton y con la esperanza de que se imponga la
reconciliación en el Capitolio.
El espectro del proceso, el primero de este tipo en 130 años,
estuvo presente durante la constitución del Senado, presidido por
el vicepresidente del país, Al Gore, quien tomó el juramento a los
34 senadores que renovaron o ganaron su escaño en noviembre.
En la Cámara de Representantes, donde el debate sobre el proceso
de Clinton alcanzó niveles de alta tensión y donde los dos últimos
presidentes han sido víctimas indirectas del escándalo, se hizo
patente un espíritu conciliador entre los dos grandes partidos.
El republicano Dennis Hastert, de 57 años, fue elegido nuevo
presidente de la Cámara, cargo que es también la tercera autoridad
de Estados Unidos, e inmediatamente tendió la mano a los demócratas
al destacar que «es hora de volver al trabajo» tras el escándalo
Lewinsky.
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