La OTAN ha intensificado los bombardeos contra Yugoslavia y
considera que los ataques han comenzado a dañar no sólo las
infraestructuras y material del Ejército, sino también su estado de
ánimo. El portavoz de la Alianza, Jamie Shea, y también el del
cuartel supremo de la OTAN en Europa (SHAPE), el general Guissepe
Marani, calificaron la madrugada de ayer como «la más intensa desde
el comienzo de la campaña» aérea, hace ya 38 días, favorecida por
la mejoría del tiempo en la zona.
Los aviones aliados realizaron 600 salidas que obtuvieron los
principales resultados en Belgrado, con ataques contra los
cuarteles generales del Ejército y de la policía especial serbia y
yugoslava, «centros cerebrales» desde los que, según la Alianza, se
ordenan las operaciones en Kosovo. Marani enumeró también una larga
lista de objetivos alcanzados dentro de Kosovo y destacó que
«atacamos con éxito importantes puestos de mando en tierra, decenas
de blindados, tanques y otros muchos vehículos militares».
Pero, el portavoz militar de la OTAN no ofreció cifras
concretas. Según el general, la madrugada de ayer fueron atacados
también en toda Yugoslavia aeropuertos, componentes del sistema de
las defensas antiaéreas, depósitos de petróleo y lubricantes,
almacenes de armas, una torre de la televisión estatal serbia,
instalaciones de transmisores de radio, carreteras y tropas de
tierra. En el apartado de los ataques contra las fuerzas terrestres
serbias que operan en Kosovo, las imprecisiones de la OTAN son
mayores y, hasta el momento, no se han dado cifras concretas sobre
el total de vehículos militares destruidos y el porcentaje de daños
causados.
También destacó que durante la noche del jueves las defensas
antiaéreas serbias «fueron más agresivas» y la OTAN detectó el
lanzamiento de «13 misiles no identificados». Se detectó asimismo
actividad de helicópteros, pero no de aviones de combate
serbios.
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