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El Gobierno belga extendió ayer a los pollos su decisión de retirar de los mataderos toda la carne sospechosa de estar contaminada con dioxina y de comprar las existencias bloqueadas en el extranjero, anunció el primer ministro, Guy Verhofstadt. Por otra parte, el Gobierno de Bruselas aceptó aplicar de inmediato controles estrictos sobre las exportaciones procedentes de los sectores agrícolas afectados por la contaminación con dioxina (cerdo, pollo, huevos y vacuno), según un portavoz de la Comisión Europea.

El Gobierno belga anunció que aplicará ese tipo de controles durante la reunión del Comité Veterinario Permanente de la Unión Europea (UE) celebrado en Bruselas.

A la vista del importante número de nuevos casos sospechosos de contaminación anunciados en la última semana (unas 400 explotaciones), Bélgica aceptó la demanda de la Comisión Europea de hacer análisis científicos hasta finales de agosto en cada una de las partidas exportadas para evitar cualquier envío de productos contaminados.

La Comisión Europea y los Estados miembros temen que ese país haya exportado productos contaminados ya que el criterio seguido para la concesión de certificados ha resultado no ser válido tras la última sacudida de la crisis alimentaria que afecta a ese país.