TW
0
EFE - PEKÍN China y Estados Unidos decidieron ayer, tras tres días de negociaciones, concluir la crisis originada por el bombardeo de los aviones de la OTAN contra la Embajada china en Belgrado, el pasado 8 de mayo, que abrió entre Pekín y Washington la peor crisis diplomática de la última década.

En un comunicado, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores anunció que, según los términos del acuerdo, Estados Unidos pagará a los familiares de los tres periodistas chinos muertos tras el ataque y a los veinte funcionarios que resultaron heridos la suma de 4'5 millones de dólares (unos 720 millones de pesetas).

El acuerdo fue alcanzado entre el consejero jurídico del Departamento de Estado de EEUU, David Andrews, y los responsables de Exteriores del Ejecutivo de Pekín, que siempre rechazaron que el bombardeo fue accidental y que se debió a un error en los mapas de la OTAN para seleccionar objetivos militares en Yugoslavia.

El ataque contra la sede diplomática china en Belgrado, fue el desencadenante de un incremento preocupante de tensiones entre Washington y Pekín, que se enzarzaron en una serie de acusaciones mutuas que empezaban a recordar el lenguaje de la Guerra Fría.

Cuando se elevó unos grados la tensión, en Washington se publicó el informe COX, que acusó a China de haber robado al Pentágono secretos militares para dotarse de tecnología punta en armamento nuclear y en investigación espacial.

La reacción de China fue inmediata y, a través de portavoces de su Ministerio de Exteriores el Ejecutivo de Pekín afirmó que no «necesitaba espiar a ningún país del mundo para dotarse de tecnología nuclear, ya que sus científicos están a la cabeza en ese campo».