El presidente Boris Yeltsin, con despidos fulminantes, y su
«familia» de fieles, y la oposición «al régimen» con graves
denuncias y coaliciones electorales, desataron ayer la guerra
política total en Rusia por un objetivo: el Kremlin.
Pero eso no es todo. El Kremlin anunció oficiosamente ayer que
la momia de Lenin, que se exhíbe en un mausoleo de la Plaza Roja de
Moscú, será enterrada «a toda costa» pese a las protestas y
amenazas de los comunistas. Al respecto, el director del gabinete
de Yeltsin, Alexandr Voloshin, adelantó que aunque el Partido
Comunista y otros nostálgicos han advertido que provocarán
disturbios, «nadie moverá un dedo». Yeltsin declaró hace dos
semanas que el único problema del entierro del líder de la
revolución bolchevique de 1917 era «cuándo llevarlo a cabo» e
incluso hay quien dice que el gobierno ruso la ha puesto en
venta.
Pero el semanario «Versia» avanzó en su última edición puesta
ayer a la venta que el traslado del cadáver embalsamado de Lenin,
creador del estado soviético, podría producirse «este agosto». De
acuerdo con «Versia», el Kremlin podría utilizar las eventuales
movilizaciones o levantamientos populares contra el entierro de la
momia para ilegalizar el Partido Comunista y otros grupos políticos
y hasta para declarar el estado de excepción.
La instauración del estado de excepción conllevaría la probable
anulación de las próximas elecciones parlamentarias, previstas para
el 19 de diciembre y que probablemente le costarían el puesto al
actual presidente, Yeltsin, ante la congregación de fuerzas de
oposición. Al principio de una larga campaña con dos comicios en
los próximos diez meses, Yeltsin destituyó a dos asesores, un
«cerebro gris» del Kremlin echó leña al fuego al decir que la momia
de Lenin será enterrada «a toda costa» y el líder comunista
Guennadi Ziugánov amenazó con querellas y desobediencia civil.
Rusia suministró misiles a Serbia antes del ataque
aliado
Rusia suministró equipos de misiles tierra-aire a las tropas
serbias antes del comienzo del conflicto de Kosovo sin que los
países aliados tuvieran conocimiento de ello, afirma ayer la
publicación de defensa Jane's Defence Weekly. Entre seis y diez
sistemas de misiles S-300 PM fueron transportados, pero los envíos
no pudieron ser utilizados para derribar aviones aliados ya que el
comienzo de la campaña aérea dificultó nuevos suministros, añade la
revista. Según fuentes consultadas por la publicación, ingenieros
serbios comenzaron a trabajar para que el sistema de misiles
estuviera parcialmente en condiciones de servicio y, aunque
planificaron una prueba para el pasado 30 de mayo, finalmente no se
lanzó ningún misil S-300. Por otra parte, Hillary Clinton, presentó
ayer en Washington una publicación en forma de cómic de Superman
dirigida a los niños de Kosovo, donde se les explica cómo evitar
las minas antipersonales.
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