El ministro alemán de Hacienda, Hans Eichel, defendió ayer el
programa de austeridad del gobierno como única vía para devolver al
Estado la capacidad de maniobra que a su juicio se ha perdido por
el cúmulo de deudas heredadas del anterior gobierno de Helmut Kohl.
En su primera sesión tras la pausa estival, el Consejo de
Ministros aprobó el paquete de recortes que contempla un ahorro
presupuestario de 30.000 millones de marcos (2 billones y medio de
pesetas) tan sólo en el próximo año.
Eichel acusó al gobierno cristianodemócrata-liberal de no haber
tenido una contabilidad sólida y de encubrir la realidad financiera
del Estado utilizando los ingresos que pudo obtener en los últimos
años de la venta de empresas estatales para hacer cuadrar las
cuentas.
«Helmut Kohl fue iluso al pensar que la reunificación se podía
hacer sin sacrificios», dijo el ministro en una rueda de prensa
celebrada al finalizar la reunión del gabinete de gobierno y
admitió que el plan aprobado por el Ejecutivo contiene «medicina
amarga».
El ministro invitó a los críticos del proyecto, que todavía
deberá atravesar todos los obstáculos parlamentarios, a proponer
alternativas que, eso sí, deberán atenerse al objetivo de
consolidar las finanzas estatales.
«Por ahora no he visto que alguien haya puesto en duda el
objetivo y, pese a que todo el mundo se queja, no he escuchado
propuestas alternativas, ni creo que las escucharé», sostuvo el
ministro.
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