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Partes oficiales rusos y medios rebeldes coincidieron ayer por primera vez en que las tropas federales están a las puertas de Grozni, a unos cinco kilómetros de la capital de la separatista Chechenia. Las unidades rusas avanzaron por tres frentes hacia Grozni, pero sin planes de tomar la capital de la república secesionista, según fuentes militares en Moscú. «No tiene sentido» entrar en Grozni, anunció el general Víktor Kazántsev, comandante en jefe de las tropas rusas en el Cáucaso, al prometer que sus fuerzas perseguirán a los «bandidos» desde posiciones de ventaja en colinas para limitar las bajas propias.

Kazántsev declaró que «no tenemos prisa, todo va según el plan previsto», y aseguró que «no cometeremos los errores» de la otra guerra de Chechenia en 1994-1996, cuando la entrada de las tropas en Grozni fue el principio de su derrota. Fuentes rebeldes admitieron que las tropas federales «avanzan hacia la aldea de Piervomáiskaya», a cinco kilómetros de Grozni.

El servicio de prensa del Ministerio de Defensa informó de que las fuerzas de seguridad federales consolidaron posiciones al norte, este y oeste de Chechenia, mientras rastrearon las aldeas en busca de guerrilleros extremistas islámicos. Los militantes reconocieron que las fuerzas chechenas «se repliegan lentamente» tras violentos enfrentamientos en la cadena montañosa de Terski, en el noroeste.