TW
0
JULIO SEBASTIÀN - MACAO El enclave de Macao pasó ayer a soberanía de China tras 443 años de dominio colonial portugués en una ceremonia que reunió a unas 2.600 personalidades de todo el mundo en torno a los dos grandes protagonistas de este hecho histórico: el presidente portugués, Jorge Sampaio, y su colega chino, Jiang Zemin.

Jiang Zemin y Jorge Sampaio, que presentaron a la comunidad internacional el nacimiento de la nueva Región Administrativa Especial de Macao (RAEM) elogiaron en sendos discursos el suave traspaso de poderes que tuvo lugar ayer y apostaron por «el futuro brillante» de este territorio de 430.000 habitantes y 22 kilómetros cuadrados.

Ambos gobernantes alabaron el alto grado de autonomía del que gozará a partir de ahora Macao y subrayaron que la Ley Básica, aprobada por Pekín y Lisboa en marzo de 1993, garantiza el respeto de las libertades básicas. «En Macao todo el mundo puede actuar con libertad. Aquí no se detiene a nadie. La policía sólo ha impedido estos días la entrada de delincuentes en el territorio por motivos de seguridad», aseguró por su parte el hasta ayer gobernador general de Macao, Vasco Rocha Vieira.

Al tiempo que Vasco Rocha Vieira hacía esas afirmaciones uno de los principales defensores de los derechos humanos en China, Frank Lu, ex dirigente de Tiananmen (junio de 1989), era deportado a Hong Kong tras intentar llegar a Macao para entregar una carta pidiendo reformas democráticas a Jiang Zemin.

Frank Lu, fundador del Centro de Información de Derechos Humanos y Movimiento Democrático en China, con sede en Hong Kong, había advertido esta semana de que el Gobierno de Pekín ha dado un gran retroceso en el respeto de las libertades básicas desde 1998.

Por su parte, Tony Chang, portavoz del movimiento espiritual neobudista «Falun Gong» en Hong Kong, denunció al Gobierno de Pekín por perseguir a los miembros de este grupo, que afirma tener noventa millones de seguidores en el mundo (sesenta en China).