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La Fiscalía de Bonn decidió ayer abrir un sumario contra Helmut Kohl, para determinar si el ex canciller alemán cometió un delito de malversación de fondos cuando aceptó donativos anónimos e ilícitos para su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

La investigación contra «el canciller de la unificación» se basará en gran parte en informaciones de prensa y en declaraciones públicas del propio Kohl, quien ha reconocido que durante años mantuvo la práctica de aceptar donativos que, luego, no registraba en la contabilidad de su partido.

Entre 1993 y 1998 el ex canciller y líder de la CDU aceptó donativos anónimos por un valor total de hasta dos millones de marcos (más de un millón de dólares), violando supuestamente así la ley de financiación de partidos, que obliga a declarar la procedencia de toda aportación superior a 20.000 marcos (alrededor de 1.650.000 pesetas).

Kohl reconoce que se equivocó pero persiste en negarse a revelar los nombres de los donantes, alegando una especie de código de lealtad. Una y otra vez, Kohl ha repetido que durante toda su vida política ha concedido mucha más importancia a las relaciones de confianza que a los reglamentos, algo que ha sido muy criticado por políticos de la nueva generación, como el canciller, Gerhard Schroeder, o la secretaria general de la CDU, Angela Merkel.

El Gobierno del socialdemócrata Schroeder se negó ayer a valorar la decisión de la Fiscalía de Bonn y el portavoz, Uwe-Karsten Heye, se limitó a recordar que el Ejecutivo desea que se aclare «completamente» el asunto para el bien «de la democracia y del país».

El presidente de la CDU, Wolfgang Schaeuble, expresó, por su parte, la esperanza de que las investigaciones concluyan con rapidez y se mostró confiado en que no habrá «acusaciones penales de relevancia para Helmut Kohl».