Organizaciones contrarias a la globalización económica y en favor
de una mejor distribución de la riqueza sitiaron ayer en Washington
a los delegados de la asamblea del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial (BM), en una serie de protestas marcadas
por coloridos desfiles y escaramuzas con la Policía. El centro de
la capital de EE UU se convirtió en escenario de manifestaciones de
grupos de activistas, que van desde anarquistas a «neohippies»,
quienes aprovecharon el buen tiempo para quedarse en «top-less» y
cubrirse el pecho con pegatinas de «Abajo el FMI».
El jefe de la Policía de Washington, Charles Ramsey, calculó que
en unos 10.000 los manifestantes que bloquearon las calles en un
área de 3 kilómetros cuadrados. En el puesto de asistencia
sanitaria de emergencia establecido por los grupos manifestantes a
unos 400 metros de la Casa Blanca, un médico que no dio su nombre
dijo que un fotógrafo de prensa y otras tres personas sin
identificar habían sufrido heridas por golpes de la Policía, pero
no dio más detalles al respecto.
Otras 6.000 personas participaron en una concentración
organizada por la central sindical estadounidense AFL-CIO en el
parque Elipse, detrás de la Casa Blanca, que terminó con una marcha
a pocas manzanas de las sedes del BM y el FMI. La cadena humana
impidió el paso de decenas de funcionarios, delegados y
representantes de los medios de comunicación que debían asistir a
la asamblea de las dos instituciones, pero no evitó que los
ministros de Economía y Finanzas celebraran su reunión semestral
habitual.
El comandante Gene Marlin, de la Policía de Washington,
reconoció que «los manifestantes están muy bien organizados y son
habilidosos, pero nuestra Policía está habituada a lidiar con
grandes multitudes». Marlin, en solitario, vigilaba la intersección
de la calle 14 y la avenida New York, donde decenas de activistas
aprovecharon los materiales de un edificio en construcción para
levantar una barricada.
La situación se hizo tensa cuando 25 agentes con equipos
antidisturbios formaron una fila que arrinconó a los manifestantes
contra su propia barricada, pero pocos minutos después otros 500
activistas llegaron por detrás de los policías y los rodearon,
mientras coreaban consignas. Matthew Smucker, uno de los portavoces
de la convergencia de organizaciones contrarias a la globalización
económica en esta jornada de Movilización por la Justicia Global,
dijo que «por ahora la Policía ha mostrado una pauta de conducta
mucho más selectiva que el asalto generalizado que ocurrió en
Seattle».
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