El centro de Washington, capital de Estados Unidos, se convirtió ayer en escenario de manifestaciones de grupos de activistas, que van desde anarquistas a «neohippies».

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JORGE A. BAÑALES - WASHINGTON Organizaciones contrarias a la globalización económica y en favor de una mejor distribución de la riqueza sitiaron ayer en Washington a los delegados de la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en una serie de protestas marcadas por coloridos desfiles y escaramuzas con la Policía. El centro de la capital de EE UU se convirtió en escenario de manifestaciones de grupos de activistas, que van desde anarquistas a «neohippies», quienes aprovecharon el buen tiempo para quedarse en «top-less» y cubrirse el pecho con pegatinas de «Abajo el FMI».

El jefe de la Policía de Washington, Charles Ramsey, calculó que en unos 10.000 los manifestantes que bloquearon las calles en un área de 3 kilómetros cuadrados. En el puesto de asistencia sanitaria de emergencia establecido por los grupos manifestantes a unos 400 metros de la Casa Blanca, un médico que no dio su nombre dijo que un fotógrafo de prensa y otras tres personas sin identificar habían sufrido heridas por golpes de la Policía, pero no dio más detalles al respecto.

Otras 6.000 personas participaron en una concentración organizada por la central sindical estadounidense AFL-CIO en el parque Elipse, detrás de la Casa Blanca, que terminó con una marcha a pocas manzanas de las sedes del BM y el FMI. La cadena humana impidió el paso de decenas de funcionarios, delegados y representantes de los medios de comunicación que debían asistir a la asamblea de las dos instituciones, pero no evitó que los ministros de Economía y Finanzas celebraran su reunión semestral habitual.

El comandante Gene Marlin, de la Policía de Washington, reconoció que «los manifestantes están muy bien organizados y son habilidosos, pero nuestra Policía está habituada a lidiar con grandes multitudes». Marlin, en solitario, vigilaba la intersección de la calle 14 y la avenida New York, donde decenas de activistas aprovecharon los materiales de un edificio en construcción para levantar una barricada.

La situación se hizo tensa cuando 25 agentes con equipos antidisturbios formaron una fila que arrinconó a los manifestantes contra su propia barricada, pero pocos minutos después otros 500 activistas llegaron por detrás de los policías y los rodearon, mientras coreaban consignas. Matthew Smucker, uno de los portavoces de la convergencia de organizaciones contrarias a la globalización económica en esta jornada de Movilización por la Justicia Global, dijo que «por ahora la Policía ha mostrado una pauta de conducta mucho más selectiva que el asalto generalizado que ocurrió en Seattle».