El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, anunció ayer que seguirá
permitiendo la ocupación de fincas de blancos apenas horas después
de que un segundo hacendado fuera asesinado por los veteranos de
guerra que invaden los latifundios. El jefe de Estado zimabuo
lamentó «la pérdida de dos vidas humanas», pero advirtió que el
reparto de las tierras entre la mayoría de raza negra «es la última
cuestión colonial y estamos dispuestos a resolverla de una vez por
todas».
Mugabe hizo estas declaraciones en un discurso con motivo del
vigésimo aniversario de la independencia de esta antigua colonia
británica, sumida en la más grave crisis política y racial de sus
dos décadas de historia como estado moderno. El presidente zimabuo
trató durante su alocución de justificar las invasiones, que él
mismo ha incitado pero que atribuyó a la «frustración» que había
provocado entre los veteranos de la guerra de la independencia la
«resistencia» de los ex colonos británicos a que sus tierras fuera
expropiadas.
Mugabe confirmó que «el próximo mes» de mayo se celebrarán
elecciones legislativas en el país, aunque eludió precisar la fecha
exacta de unos comicios cuya convocatoria suscitó la crisis. Las
elecciones estaban programadas para el presente mes de abril, pero
Mugabe decidió aplazarlas hasta garantizarse antes el voto en las
urnas de los sectores más desfavorecidos, que llevaban lustros
reclamándole la redistribución de las haciendas.
Apenas tres horas antes de que el presidente zimabuo anunciara
que las ocupaciones «seguirán adelante», un grupo de cuarenta
veteranos de guerra armados penetraban en una finca cercana a
Bulawayo, en el sur del país, y asesinaban a tiros a su
propietario, Martin Olds, un criador de ganado vacuno. La víctima,
de 42 años, casado y padre de dos adolescentes, quedó en principio
malherido y llamó por radio-teléfono a un vecino para que avisara a
una ambulancia, pero cuando el vehículo llegó los ocupantes le
prohibieron la entrada en la hacienda, lo que provocó la muerte de
Olds. El ganadero se convierte en el segundo hacendado blanco
asesinado por los veteranos de guerra, que el pasado fin de semana
secuestraron en Marondera, localidad cercana a esta capital, al
terrateniente David Stevens y le dispararon dos tiros en la cabeza.
El nuevo crimen y el posterior discurso de Mugabe han supuesto un
jarro de agua fría sobre las esperanzas que el lunes se habían
abierto camino entre la comunidad zimbabua de origen europeo.
Robert Mugabe convocó ayer al líder de la Unión de Granjeros
Comerciales (UGC, que agrupa a los hacendados), Tim Henwood, a
quien prometió que «pronto todo volverá a la normalidad», aunque
reveló que piensa realizar una reforma de la Constitución para
hacer una reforma agraria.
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