Borís Yeltsin asistió como invitado de honor a la toma de posesión de Putin.

TW
0

EFE"MOSCÚ
Una solemne ceremonia de sólo 35 minutos en el majestuoso Gran Palacio del Kremlin certificó la toma de posesión del segundo presidente constitucional en la corta historia democrática rusa. Su primera medida inmediatamente después de la toma de posesión, en un acto al estilo zarista, fue nombrar primer ministro interino al actual viceprimer ministro y titular de Hacienda, Mijaíl Kasiánov, un respetado economista de 42 años.

La dimisión el pasado 31 de diciembre de 1999 del presidente Borís Yeltsin impidió la transferencia real de poderes por ser Putin desde entonces jefe de Estado en funciones primero y electo desde los comicios del pasado 26 de marzo. Pero la presencia de Yeltsin como invitado de honor en el acto y junto a Putin en el posterior desfile de tropas sirvió para dar cierta sensación de traspaso efectivo.

Putin, quien recordó a las generaciones que forjaron un Estado «grande y poderoso», prometió «transformar y reconstruir» el país para hacer que «nuestra patria sea verdaderamente libre, próspera, y auténticamente democrática». Tras la ceremonia, trenzada de toques imperiales como los uniformes decimonónicos de la Guardia y el estudiado protocolo, Putin presidió una reunión del gabinete, firmó una batería de decretos, asistió a un concierto y dio un banquete inaugural.