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R. SANTAULARIA - FRÀNCFORT En la rueda de prensa posterior a la reunión quincenal del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg también subrayó que la entidad «estará muy vigilante» respecto a los tipos de interés en la eurozona, que permanecen inalterados en el 3'75 por ciento.

Según los analistas, una nueva elevación de las tasas, a sólo dos semanas del último ascenso de un cuarto de punto, hubiera levantado la sospecha de que la entidad pretendía, ante todo, apoyar al euro en los mercados en lugar de velar por la estabilidad de los precios.

El banquero holandés reiteró la preocupación que expresó en su comunicado del pasado viernes sobre la percepción que tienen los ciudadanos europeos de la moneda única y afirmó que el BCE garantizará sus ahorros y pensiones al igual que la estabilidad de los precios.

Duisenberg declaró que pese a la buena marcha y las buenas perspectivas de la economía en Unión Monetaria, «el tipo de cambio del euro ha seguido bajando en las últimas semanas y se ha desajustado aún más, tanto respecto a los fundamentos económicos, cada vez más positivos, de la zona euro, como de las posiciones de la balanza internacional de pagos».

El euro se ha depreciado frente al dólar cerca del 24 por ciento desde su introducción, lo que motivó a Duisenberg, sin ninguna presión ni recomendación de ningún tipo, según dijo, a divulgar la nota para tranquilizar a la opinión pública.

«El Consejo de Gobierno quiere emitir un mensaje bien claro: la estabilidad de los precios en la zona euro se mantendrá y como ya dije la semana pasada, los ciudadanos de Europa pueden tener la confianza de que sus ahorros y pensiones mantendrán su valor con el paso del tiempo», aseguró el presidente del BCE.

Sobre una posible intervención de la autoridad monetaria en los mercados de divisas, Duisenberg se escudó en la postura habitual de estas instituciones de comentarla una vez efectuada y esquivó, asimismo, las preguntas sobre una intervención concertada con Estados Unidos y Japón para apuntalar al euro.

Ni el incremento de la cantidad de divisas disponible para el Banco Central Europeo, ni la reciente disminución en 3.000 millones de euros de los depósitos de divisas están vinculadas con «operaciones encubiertas» de intervención para salvar al euro, según el banquero.