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La tortura y los malos tratos por la policía y otras autoridades estatales fue lugar común en 132 países del mundo, un 6 por ciento más que en 1998. En 38 naciones se produjeron ejecuciones extrajudiciales (posibles o confirmadas), un 20 por ciento menos que en el año anterior, y en 37 fueron denunciados casos de desapariciones. Amnistía Internacional titula su informe anual, de 462 páginas, «El olvido está lleno de memoria».

El informe muestra un preocupante panorama de los derechos humanos en el mundo, donde en 63 países se dieron casos de detención y reclusión arbitrarias sin juicio y en otras 51 naciones los presos políticos sufrieron procesos judiciales injustos, lo que supone un aumento de un 46 por ciento en relación a 1998. Al sufrimiento que encierran estas estadísticas se suman las ejecuciones legales en 31 países "un 14 por ciento menos", los presos de conciencia y los abusos y asesinatos cometidos por grupos armados en 46 naciones.

Ninguna de las violaciones de derechos humanos ocurridas en los últimos años fue «impredecible o inevitable», afirma AI al destacar que se habían dado las señales de alarma de lo que se avecinaba en Burundi, Chechenia, Timor Oriental y Kosovo. Africa es, con diferencia, el continente que más sufre conflictos armados, que son muy sangrientos y que generan un gran movimiento de refugiados. La tortura y los malos tratos son una práctica común de la policía y las fuerzas de seguridad en 36 países de Africa, donde además se registraron ejecuciones extrajudiciales en 17 naciones. El conflicto en Sierra Leona es el último de los historiales horripilantes del continente y en el que el asesinato, la amputación de extremidades a civiles "incluidos niños", la violación y los secuestros son una «estrategia» de las fuerzas rebeldes.