La división de la península coreana por el paralelo 38, último
bastión de la Guerra Fría en el mundo, comenzó a desmoronarse ayer
tras el histórico acuerdo alcanzado por los dirigentes de las dos
Coreas, separadas hace 55 años. El logro se debe al empeño puesto
por el veterano presidente surcoreano, Kim Dae Jung, quien desde
que alcanzó la jefatura del Estado en 1998 se propuso fomentar el
diálogo con el Norte como fórmula para poner fin a la ruptura del
país, y al líder norcoreano Kim Jong Il, que aceptó la invitación
para realizar una cumbre bilateral en Pyongyang.
Kim Jong Il aceptó ayer realizar una visita oficial a Seúl,
según anunciaron Corea del Norte y Corea del Sur en un comunicado
conjunto hecho público. Además, los dos líderes acordaron
intercambiar prisioneros y permitir que se reencuentren las
familias separadas por la guerra. Kim Jong Il visitará, en una
«fecha apropiada» Corea del Sur, en respuesta a una invitación del
presidente surcoreano, Kim Dae Jung, precisó un comunicado conjunto
hecho público tras la cumbre de Pyongyang.
Por otra parte, según el mismo comunicado, los dos países han
decidido intercambiar prisioneros y permitir a las familias
separadas por la guerra reencontrarse. Un número indeterminado de
familias, separadas desde la división de Corea en 1945, será
autorizado a reunirse en torno al 15 de agosto, durante el 55
aniversario de la liberación de Corea (que se encontraba ocupada
por Japón), precisó el texto. Prisioneros, detenidos durante muchos
años, serán liberados e intercambiados en ese mismo momento. La
liberación y la repatriación de los prisioneros retenidos en Corea
del Sur, tras ser condenados por actividades de espionaje o
comunistas es una exigencia planteada por Pyongyang desde hace
tiempo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.