Barak volverá a reunirse con Arafat, tras el fracaso de Camp David.

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EFE - JERUSALÉN El primer ministro israelí, el laborista Ehud Barak, maniobra para recomponer su Gobierno minoritario, aunque las opciones para formar un Ejecutivo que respalde su política de paz con los palestinos son escasas, mientras la oposición llama a elecciones anticipadas. Barak se reunió ayer con el líder de la oposición, el «halcón» del Likud Ariel Sharon, oficialmente para informarle de los resultados de la cumbre de Camp David (EE UU), aunque la razón principal es estudiar las posibilidades para formar un Gobierno de unidad nacional.

El Ejecutivo que formó Barak hace algo más de un año, tras ganar las elecciones y desbancar al Gobierno derechista de Benjamin Netanyahu, se encuentra en minoría en el Parlamento, tras la deserción hace tres semanas de tres de los partidos que lo formaban, entre ellos, el poderoso partido ultraortodoxo Shas. Sharon ha reiterado en los últimos días que descarta la posibilidad de formar parte de un gobierno de unidad con el Partido Laborista y, en cambio, aboga por convocar elecciones anticipadas.

La mayoría de los miembros del bloque parlamentario de Barak «Un Israel», encabezado por los laboristas, tampoco desea una alianza que pueda poner en serio peligro la continuación de las negociaciones de paz con los palestinos. El diputado del Likud Silvan Shalom se adelantó a la reunión con Barak y dijo que no ve posibilidades de que el Likud entre en un Ejecutivo de unidad nacional con los laboristas, «porque no hay una base común». «Ir a un Gobierno de unidad nacional requiere unas líneas directrices comunes y, en estos momentos, después de ver lo que Barak propuso a los palestinos en Camp David, no las hay», señaló el diputado derechista. «Pero creemos que Barak entenderá finalmente que la mejor solución son elecciones anticipadas», agregó.