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FRANCE PRESS/EFE - JERUSALÉN El nuevo presidente israelí, Moshé Katzav, declaró ayer que Jerusalén debe seguir unida bajo la soberanía de Israel, a pesar de su compromiso de no inmiscuirse en política. Las polémicas palabras de Katzav fueron pronunciadas momentos antes de asumir el cargo de presidente y después de garantizar que si llegaba a la jefatura del Estado no haría declaraciones políticas.

«Me guardaré mis ideas políticas para mí mismo, pero no puedo borrarlas», declaró Katzav, perteneciente al Likud, principal partido de la oposición de derecha, al día siguiente de su victoria frente al candidato laborista Simón Peres, en la votación del Parlamento para elegir al jefe del Estado. La suerte de Jerusalén es el principal obstáculo para la conclusión de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Los desacuerdos sobre la soberanía de la Ciudad Santa provocaron el fracaso de la cumbre de Camp David el mes pasado. Respecto a la elección del nuevo jefe del Estado, la mayoría de los israelíes hubiera preferido al laborista Simón Peres como presidente, según un sondeo publicado ayer. Según un sondeo realizado por el Instituto Dahaf para el diario 'Yediot Aharonot', el 54 por ciento de los encuestados afirmaron que preferían a Peres como presidente, frente al contra 42 por ciento que se inclinaron por Katzav.

Por otra parte, el 65 por ciento de los consultados estimaron que los diputados que votaron por Katzav lo hicieron por «consideraciones ajenas» a los candidatos, sin precisar cuáles, frente a un 33 por ciento que afirmó que los legisladores juzgaron a los candidatos «de acuerdo con las cuestiones importantes». Un total de 63 diputados de los 120 que integran el Knesset (Parlamento unicameral) votaron a favor de Katzav y 57 por Peres.