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EFE - BIRMINGHAM/BELGRADO La OTAN saludó ayer el cambio político en Belgrado pero reafirmó su postura de prudencia a la espera de que el nuevo presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, transforme en hechos sus promesas, y confirmó que las tropas que dirige en Bosnia y Kosovo seguirán allí mientras sea necesario.

Los responsables de Defensa analizaron el nuevo escenario en la República Federal Yugoslava (RFY) y sus posibles repercusiones sobre Bosnia-Herzegovina y Kosovo, donde la OTAN dirige sendas misiones de paz.

El secretario general, George Robertson, confirmó que las tropas de la Fuerza de paz para Kosovo (KFOR), en la actualidad unos 40.000 soldados, la Fuerza de estabilización (SFOR) de Bosnia, unos 20.000, seguirán allí «el tiempo que sea necesario».

En Kosovo están convocadas elecciones locales el próximo 28 de septiembre, mientras que en Bosnia se celebrarán comicios legislativos el 11 de noviembre, lo que hace que la OTAN esté muy atenta a cualquier repercusión.

Aunque, ayer, Robertson dio la bienvenida a los «cambios democráticos y pacíficos» en Yugoslavia, la organización militar sigue manteniendo una postura de «suma discreción», según una fuente de la OTAN, que afirmó que «queremos ver quién es Kostunica» y juzgarle «por los hechos».

La Unión Europea (UE) llegó a Belgrado ayer martes a través del ministro francés de Relaciones Exteriores, Hubert Védrine, para apoyar al nuevo presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, expresando su esperanza de que «consolidará» su política de cambio.