El ministro principal de Escocia, Donald Deward, murió ayer después
de que a última hora del martes por la noche fuera ingresado en
estado grave en un hospital.
El motivo de su fallecimiento fue una hemorragia cerebral, que
se llevó a un hombre que ha sido calificado como «el arquitecto de
la descentralización en el Reino Unido» y «el padre de
Escocia».
Muchos han sido los que le han rendido tributo, entre ellos el
primer ministro, Tony Blair, con quien mantenía una excelente
relación profesional y personal. Blair se ha referido a él como «un
hombre tremendamente honesto». La Reina de Inglaterra, Isabel II,
afirmó que la muerte de Donald Dewar supone «un gran golpe», y
señaló estar muy «conmocionada y triste» por ello.
Dewar inauguró en 1999 el Parlamento escocés, creado tras la
elección del primer Parlamento en la provincia desde hace 300 años,
en presencia de la reina Isabel II, pero su carrera política se
inició en 1966 cuando fue elegido parlamentario de Aberdeen South,
escaño que perdió cuatro años después. En 1979 realizó una campaña
para el sí en el referéndum de la descentralización y ocho años más
tarde fue una figura clave en las elecciones generales.
Su gran papel lo desempeñó como ministro principal. Ganó las
elecciones para los laboristas, pero no tuvo el suficiente respaldo
popular por lo que tuvo que formar un gobierno de coalición, algo
que no sucedía en el Reino Unido desde tiempos de la Segunda Guerra
Mundial.
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