Oriente Medio sufrió ayer una alarmante escalada de la violencia
que le coloca al borde de una situación bélica tras los bombardeos
del Ejército israelí en Gaza y la ciudad cisjordana de Ramala, que
han causado al menos cuatro muertos y casi medio centenar de
heridos. El primer ministro israelí, Ehud Barak, dijo que los
bombardeos han sido una «advertencia» para que las autoridades
palestinas «no piensen que Israel se va a quedar de brazos
cruzados», tras el linchamiento de soldados de este país en Ramala
ayer por la mañana.
Israel utilizará «todos los medios a su alcance» si se ataca a
sus ciudadanos, subrayó el jefe del Ejecutivo israelí, antes de la
reunión de urgencia del Consejo de Ministros, tras la cual anunció
que en los próximos días formará un Gobierno de emergencia para
hacer frente a la crisis con los palestinos.
Sin embargo, estas «advertencias» no han hecho mella en el líder
palestino, Yaser Arafat, que tras calificar los bombardeos de
«declaración de guerra», indicó que los palestinos no cesarán sus
intentos por conseguir un Estado con capital en Jerusalén. «Los
palestinos somos un pueblo fuerte, y no nos asusta, ni dudaremos en
marchar hacia Jerusalén, la capital legítima del Estado palestino»,
dijo Arafat, cuando visitó en el hospital de Sheba a los heridos de
los bombardeos israelíes en Gaza.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina también
inspeccionó los daños causados por los helicópteros israelíes, que
alcanzaron cinco objetivos en su ataque de represalia en Gaza y la
ciudad cisjordana de Ramala, informó el jefe de operaciones del
Estado Mayor de Israel, general Giora Ailén.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.