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FRANCE PRESS - ABIYÀN La presidencia marfileña cayó ayer en manos de las fuerzas de seguridad que se sumaron a los cientos de miles de manifestantes que salieron a las calles para expulsar a la junta del poder, y cerrar así el primer paréntesis militar en la historia de Costa de Marfil. Al estilo yugoslavo, la presión de los manifestantes mostró el apoyo del pueblo a las reivindicaciones del socialista Laurent Gbagbo, candidato en los comicios presidenciales del pasado domingo, que reafirmó que es el verdadero presidente elegido en las urnas, mientras que seguía siendo incierto el paradero del general Robert Guei.

Gbagbo agradeció a las tropas a través de la radio y televisión, conquistadas por la presión callejera, y luego se reunió con los altos responsables de las fuerzas de seguridad. El socialista anunció la formación de un Gobierno, a pesar de las manifestaciones de sus rivales de la Unión de los Demócratas (RDR, liberal) que piden la celebración de nuevos comicios. Su candidato, el ex primer ministro Alassane Uattara, había sido excluido de la carrera a la presidencia, robada por el general Robert Guei, en el poder desde el golpe de Estado del 24 de diciembre de 1999.

La caída de la presidencia, en el barrio administrativo del Plateau, defendido durante toda la tarde por los últimos partidarios armados de Guei, no aclaró, sin embargo, la incertidumbre reinante sobre el paradero del general, autor del primer golpe de Estado militar de Costa de Marfil. El general Guei, jefe de la Junta en el poder en Costa de Marfil, que fue dado ayer como ganador de las elecciones presidenciales del domingo por el Ministerio del Interior, habría llegado ayer al aeropuerto de Cotonu, en Benín, según anunciaron testigos.