Las fuerzas armadas del presidente Yaser Arafat se sumarán al
levantamiento o «intifada» para «defender a su pueblo de la
agresión israelí», amenazó ayer sábado el secretario de la
Autoridad Nacional Palestina (ANP), Taeb Abdel Rajim. En
declaraciones a la prensa local, al cumplirse un mes de la
«intifada de la mezquita de Al-Aksa», Rajim advirtió de que el
Gobierno de Arafat protegerá a los tres millones de palestinos en
Cisjordania y Gaza «con toda su fuerza y por todos los medios» a su
disposición.
Esto significa, según los analistas, que Arafat estaría
dispuesto a empeñar a sus casi 40.000 efectivos armados en la lucha
de su pueblo por la independencia, lo que también implicaría por
parte de Israel la intervención en pleno de sus fuerzas armadas.
Hasta ahora el histórico y septuagenario líder palestino pedía la
protección de la ONU y el despacho de una fuerza internacional para
brindar protección a su pueblo en esos territorios ocupados.
En medios del Gobierno y de los organismos de seguridad de ese
país existe la convicción de que «la estrategia de Arafat es
mantener la intifada 'a fuego lento' e intensificar la violencia
hacia el 15 de noviembre» próximo, fecha en que, se supone,
proclamaría unilateralmente un Estado palestino independiente.
Mientras, el líder del grupo libanés chiíta Hizbulá, jeque Hasan
Nasrala, instó a los palestinos a realizar ataques suicidas contra
Israel «si quieren derrotar al enemigo sionista». «Es inaceptable
que los palestinos continúen combatiendo con piedras en lugar de
utilizar verdaderas armas para infligir una derrota al enemigo
sionista», declaró Nasrala.
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