El entusiasmo de los albano-kosovares por participar en las
«históricas» elecciones municipales celebradas ayer en Kosovo
parece haber superado la capacidad de los colegios, que ampliaron
el horario de apertura hasta las 00.00 horas. En Istok, como
ejemplo, los policías que controlaban el acceso al colegio
electoral tuvieron que recurrir a un pelotón de la Guardia Civil
para poner orden. Centenares de personas se agolpaban en la puerta,
hasta el punto de que los que ya habían votado no podían salir.
El pelotón de la Guardia Civil, al mando del sargento Julio
Glavel, a duras penas logró abrir un corredor de salida entre la
masa de personas que esperaban para votar. Los guardias civiles
habían sido llamados a varios colegios para hacer frente a
problemas como el surgido en Istok, según Glavel, quien resaltó que
«no es que haya 'incidentes'; es que la gente se agolpa porque
quiere votar, y no tiene otra cosa», al tiempo que reconoció que
«el voto va muy lento».
Tan lento que muchas de las personas concentradas en la puerta
comenzaban a preocuparse de la posibilidad de que el colegio
cerrase antes de que pudieran ejercer su derecho al sufragio.
Varias de ellas afirmaron llevar unas tres horas esperando, como un
hombre de unos 50 años que lamentó que en todo ese tiempo no había
avanzado hacia la puerta.
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa
(OSCE), que administra las elecciones, no avanzó datos sobre el
índice de participación pero se felicitó porque no ha habido
incidentes dignos de mención. Los sondeos de la intención de voto
dan grandes posibilidades de victoria a la Liga Democrática de
Kosovo, de Rugova, que encabezó desde 1989 la resistencia pacífica
de los albano-kosovares contra el régimen serbio, que ese año
abolió la amplia autonomía de Kosovo. Rugova afirmó que los
comicios representan un paso importante hacia la independencia de
esa provincia yugoslava.
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