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R. ORTEGA - JERUSALÉN Ocho palestinos murieron ayer en enfrentamientos con soldados israelíes en Cisjordania y Gaza, que coincidieron con la celebración del duodécimo aniversario de la proclamación del Estado palestino en el exilio. Las ocho víctimas fueron alcanzadas por disparos israelíes en varios puntos de la franja de Gaza, así como de los distritos cisjordanos de Tulkárem, Jericó, Hebrón y Kalkilia.

Varias decenas de palestinos resultaron heridos -dos de ellos se encuentran en estado crítico- en los choques que se registraron en numerosos puntos de Cisjordania y Gaza, tras casi cincuenta días de enfrentamientos. En el cruce de Ayosh, situado al norte de la ciudad cisjordana autónoma de Ramala, el Ejército israelí lanzó un misil contra una casa desde la que palestinos habían disparado contra los soldados.

Por otra parte, un grupo de palestinos volvió a disparar ayer durante varias horas contra el asentamiento judío de Guiló, en Jerusalén oriental, desde la vecina aldea de Bet Yala, próxima a la ciudad cisjordana autónoma de Belén. El Ejército israelí respondió utilizando armas automáticas contra Bet Yala, una aldea en la que la mayoría de los habitantes son cristianos greco-ortodoxos, pero desde la que se supone que palestinos musulmanes de la milicia del movimiento Al-Fatah, cuyo brazo político lidera Yaser Arafat, efectúan disparos contra los israelíes.

Entretanto, colonos judíos de asentamientos de Cisjordania y Gaza y militantes de derechas volvieron a manifestarse ayer en Jerusalén, esta vez frente a la Oficina del Primer Ministro de Israel, Ehud Barak, y su residencia oficial en el barrio de Rehavia, para exigirle mayor firmeza contra los palestinos. Ayer se informó de que uno de los palestinos muertos el martes -Mustafá Aluán, de 54 años- perdió la vida al ser alcanzado por las piedras que arrojaron contra su coche un grupo de colonos judíos de extrema derecha cerca de la ciudad autónoma de Naplusa. En la manifestación del martes, militantes de derecha se concentraron en la plaza Sión de Jerusalén bajo el lema «Dejar que el Ejército israelí venza».