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EFE - FLORIDA El Tribunal Supremo de Florida (EEUU) legitimó ayer el recuento manual de votos de las elecciones del pasado 7 de noviembre en un dictamen que favorece las aspiraciones presidenciales del demócrata Al Gore. Los recuentos se llevan a cabo en tres condados del estado de Florida y deben estar concluidos el próximo domingo, siendo el plazo final de presentación certificada de los mismos las 23 horas en Balears del próximo lunes.

Craig Waters, portavoz del Tribunal en Tallahassee, capital del estado, afirmó ayer que la decisión se tomó de forma unánime por los siete jueces, quienes consideraron que «el derecho del pueblo a emitir su voto es de una importancia tal que supera a todas las demás». El dictamen fue anunciado más de 30 horas después de que el Tribunal escuchara los alegatos tanto de los republicanos, que pedían la exclusión del recuento manual en el resultado final, como de los demócratas, que exigían su inclusión.

Gore se mostró satisfecho por la decisión del Supremo y volvió a proponer una entrevista con el republicano George W. Bush para calmar los ánimos. Agregó que esa entrevista debería servir para reducir la tensión en el ambiente, y pidió a sus correligionarios que rebajen el tono de los comentarios. «No sabemos todavía cuál va a ser el resultado de esos votos. Lo que sí sabemos es que quien ha ganado es la democracia y que la voluntad del pueblo es la que debe prevalecer», afirmó. Sin los recuentos a mano, Bush supera a Gore por 930 sufragios que le dan teóricamente la victoria en ese estado, cuyos 25 votos electorales le permitirían llegar a la Casa Blanca y convertirse en el 43 presidente de EE UU.

El candidato presidencial republicano George W. Bush no salió de su asombro por la decisión del tribunal de Florida y ordenó a sus asesores que recurran al Tribunal Supremo de EE UU para impugnar los recuentos manuales que se realizan en condados del estado de Florida. Según la cadena de televisión CNN, Bush dio instrucciones a sus abogados para que se acuda al Supremo estadounidense a fin de evitar que se tengan que incluir los resultados de los recuentos manuales en la certificación oficial de las elecciones presidenciales.