El ministro francés de Agricultura, en un momento de su intervención en Bruselas.

TW
0
AGENCIAS - BRUSELAS Los Quince decidieron, ayer, prohibir parcialmente las harinas animales para la alimentación del ganado con el fin de luchar contra el mal de las «vacas locas», aunque los ministros de Agricultura excluyeron de la prohibición las harinas elaboradas a base de pescado en la alimentación de cerdos, aves y peces, por considerar que no entrañan ningún riesgo. Tras esa decisión, los Estados miembros discuten otras medidas sanitarias adicionales, como la retirada de la cadena alimentaria de los animales mayores de 30 meses, así como medidas de mercado para paliar la caída en el consumo.

España y algún otro país, defendían en principio una prohibición más limitada que sólo afectara a la carne de rumiantes destinada al resto del ganado, pero el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, decidió finalmente seguir la opinión de la mayoría. Los Quince también excluyeron la gelatina originaria de animales no rumiantes, utilizada en el envoltorio de los aditivos, así como el «fosfato bicálcico» que se obtiene de los huesos, según señala el texto de la decisión. Quedaron asimismo fuera «la leche y los productos lácteos en la alimentación de los animales de granja que son criados para la elaboración de productos alimenticios».

Fuentes comunitarias explicaron que la medida adoptada por los Quince se refiere en general a «las proteínas animales», de ahí que hayan tenido que prever una excepción para los lácteos. Añadieron que desde hace meses ya está previsto que a partir del primero de enero se retiren de la alimentación de los animales las proteínas contenidas en las grasas.