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El fin de la violencia entre palestinos e israelíes centró la reunión que responsables de seguridad de la CIA de Estados Unidos, Egipto, Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) celebrada ayer en El Cairo. En este encuentro, que se celebró en un lugar secreto de la capital egipcia, participó una delegación palestina presidida por el jefe de los servicios de seguridad en Cisjordania y Gaza, coronel Mohamed Dahlán. La delegación israelí estuvo formada por el ministro de Transporte y Turismo y ex comandante jefe de las Fuerzas Armadas, Amnon Lipkin-Shájak; el jefe de los Servicios Generales de Seguridad (Shin Bet), Avi Dijter, y el director de Planificación del Ejército, general Shlomo Yanai.

Las autoridades egipcias impusieron un mutismo total sobre la reunión, en la que el jefe de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), George Tenet, intentó mediar entre las dos partes para frenar la violencia en los territorios palestinos. Alrededor de 400 personas han muerto desde finales de septiembre pasado, al menos 350 de ellas palestinos, abatidos por las balas o los bombardeos israelíes en Gaza y Cisjordania.

La reunión, en la que participó también un equipo de seguridad de Egipto, país que desempeña un papel clave en el proceso de paz, se enmarcó en los esfuerzos estadounidenses para conseguir un acuerdo entre las partes antes del traspaso de la presidencia de EE UU de Bill Clinton a George W. Bush. Según los comentaristas, no se espera que el encuentro de El Cairo tenga los resultados deseados debido a las profundas diferencias entre palestinos e israelíes.

Mientras se desarrollaba la reunión, una joven de 21 años murió ayer en un enfrentamiento con soldados israelíes cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa, en una de las peores jornadas de violencia de la última semana, informaron fuentes sanitarias de la Autoridad Nacional Palestina.

El presidente Clinton mandará esta semana a Oriente Próximo a su enviado especial, Dennis Ross, para negociaciones con israelíes y palestinos. La Casa Blanca reconoció sin embargo que sería una «difícil tarea» alcanzar un acuerdo de paz antes de que Clinton concluya su mandato.