La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció
ayer su decisión de recortar su producción en un millón de barriles
diarios a partir del próximo 1 de abril para frenar la caída de los
precios provocada por una disminución de la demanda mundial, tras
la conclusión de la reunión celebrada en Viena a la que asistieron
todos los países miembros. Mientras, los países occidentales han
advertido que esta medida podría producir un nueva ola
inflacionista y una recesión a nivel mundial.
Esta reducción representa un recorte del 4 por ciento de la
producción total del cártel, que en su conjunto produce el 40 por
ciento del petróleo mundial. Así, la nueva producción de la
organización, sin contar a Irak que está excluido de las cuotas
debido al embargo que pesa sobre el país desde 1990, queda fijada
en 24'201 millones de barriles al día. Ésta es la segunda reducción
de la OPEP en lo que va de año, ya que el pasado 1 de febrero se
disminuyó la producción de crudo en 1'5 millones de barriles al
día.
«La conferencia ha tomado la decisión para estabilizar el
mercado», anunció la OPEP en un comunicado, precisando que «la
debilidad de la economía mundial y la caída de la demanda nos
convencieron de que se hacía necesaria una corrección de la
situación». La ralentización económica en Estados Unidos, la
preocupante situación que atraviesa la economía japonesa junto con
la incertidumbre que planea sobre el crecimiento en Europa hacen
temer a los países occidentales que la decisión de 'cerrar el
grifo' del petróleo pueda agravar la presión inflacionista con una
nueva subida de los precios del crudo que el año pasado provocó
toda una ola de protestas europeas ante los elevados precios de los
carburantes.
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