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La organización extremista palestina de la Yihad Islámica prometió ayer una respuesta dura y rápida a los «crímenes» de Israel contra el pueblo palestino después de la muerte de uno de sus militantes en Jenín, en Cisjordania, en un atentado con explosivos atribuido a Israel, según anunció un reponsable del movimiento. Un dirigente de la organización radical palestina Yihad Islámica fue asesinado ayer en un extraño incidente en la ciudad cisjordana de Jenín, que los palestinos no duraron en asegurar que se trata de un nuevo «asesinato selectivo» de Israel.

El suceso sólo es, por ahora, el último en la imparable espiral de violencia en el conflicto palestino-israelí, que ayer por la mañana se cobró la vida de un adolescente de quince años en la franja de Gaza, que fue alcanzado por disparos de soldados israelíes. El día había empezado con mal pie en el largo enfrentamiento entre Israel y los palestinos, cuando la caravana que traía de regreso a Gaza a los responsables de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que habían participado en una reunión con sus contrapartes israelíes fue tiroteada por el Ejército en el cruce de Erez, con el resultado de tres guardaespaldas heridos.

Iad Hardán, de 30 años, jefe de la rama militar de Yihad Islámica en Cisjordania, murió al hacer explosión un artefacto activado, al parecer, por control remoto mientras se encontraba en el interior de una cabina telefónica en el centro de Jenín. La víctima, a quien Israel acusa de haber ordenado varios atentados suicidas contra intereses israelíes, fue conducida mediante una trampa a ese lugar. Este «asesinato selectivo» es el segundo de un miembro de la Yihad Islámica que lleva a cabo Israel esta semana, después de que el lunes un helicóptero de combate lanzara dos misiles contra el vehículo en el que viajaba Mohamed Abdel Al en la franja de Gaza.