El Parlamento ucraniano, dominado por los partidos comunistas,
aprobó ayer por mayoría aplastante la moción de censura presentada
por la oposición ucraniana contra el primer ministro Victor
Yuschenko, lo que ha supuesto la destitución de su Gobierno al
completo. La operación fue planeada desde el poder, por el
presidente Kuchma, que intenta defenderse de las denuncias de
corrupción y frenar las reformas pro-occidentales. A pesar de
contar con grandes simpatías en occidente y de gozar de una gran
popularidad en su país, este antiguo banquero, que dirigía el
Ejecutivo desde diciembre de 1999, no ha podido superar el rechazo
creado entre algunos círculos políticos por sus medidas de
austeridad y sus intentos por reformar la economía de Ucrania.
«Como ciudadano, estoy convencido de que la democracia de
Ucrania ha sufrido una gran pérdida». Así reaccionó el propio
Yuschenko tras la votación celebrada en el Parlamento, que estuvo
muy condicionada por la posición de la alianza de los partidos
comunistas y los partidos centristas, detrás de los cuales se
encuentran los grandes clanes financieros cuyos intereses se ven
amenazados por las reformas iniciadas por el primer ministro. La
moción de censura fue aprobada por 263 votos a favor, 69 en contra,
24 votos en blanco y 53 abstenciones. Por el contrario, la moción
de censura presentada contra el presidente Leonid Kuchma fue
rechazada al recibir únicamente 209 votos favorables, mientras que
eran necesarios para ello 226 votos.
Según la Constitución ucraniana, el presidente Kuchma tiene
ahora 60 días para presentar al Parlamento, denominado Rada, un
nuevo primer ministro que forme el próximo Ejecutivo ucraniano.
Asimismo, Yuschenko podría también en virtud de esa ley permanecer
esos 60 días en su puesto, aunque el primer ministro ya adelantó a
la prensa que dejará en el acto sus funciones de primer ministro,
pero que seguirá en la política con las mismas convicciones que
hasta ahora le han caracterizado.
La decisión del Parlamento no gustó a las miles de personas que
se encontraban en los alrededores del edificio, y que tras la
votación comenzaron a gritar consignas como '¡Kuchma dimisión!', en
la que ha supuesto la manifestación más concurrida de los últimos
meses en el país. El presidente Leonid Kuchma rechazó las
acusaciones de planificar él la destitución.
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