El europeísta Kenneth Clarke anunció ayer su candidatura al
liderazgo del Partido Conservador británico, que habrá de disputar
a otros cuatro políticos, entre ellos el hasta ahora favorito,
Michael Portillo. En un breve discurso rodeado de gran expectación,
Clarke pidió a su partido que supere esa especie de «obsesión» con
Europa, que -dijo- «ha envenenado» al Partido Conservador y, en
cierta medida, costado el puesto a los dos últimos líderes
«tories»: John Major y William Hague.
El quinto aspirante al liderazgo conservador prometió que, si es
elegido, dará libertad de voto a los diputados conservadores cuando
tengan que pronunciarse sobre si el Reino Unido adopta o no la
moneda única. Clarke afirmó que su partido «ha perdido cuatro años»
intentando asustar al pueblo británico con la cuestión europea en
vez de centrarse en asuntos más pegados al terreno como la salud,
la educación o los servicios públicos. «Debemos dejar de hablar
entre nosotros sobre Europa y empezar a hablar al electorado sobre
las cosas que realmente le importan», dijo Clarke.
Kenneth Clarke, de 60 años, prometió que, si es elegido, se
dedicará a recuperar los «millones de votos» que ha perdido su
partido por la derecha y por la izquierda desde que el Partido
Laborista ganó las elecciones de 1997. En los últimos comicios,
celebrados el pasado día 7, los «tories» sufrieron una de las
derrotas más sonadas de su historia. Clarke afirmó que los dos
únicos aspirantes al liderazgo del Partido Conservador «con
posibilidades de ser primer ministro» son Michael Portillo y él
mismo. El ex ministro británico de Economía Clarke, uno de los
pesos pesados del partido conservador, es el primer «europeísta»
que se apunta a la batalla para sustituir al caído Hague.
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