La comunidad internacional respaldó ayer los esfuerzos de las
autoridades yugoslavas por romper con la etapa de Slobodan
Milosevic al sobrepasar la cifra fijada para la I Conferencia de
donantes, que hoy se celebró en Bruselas, y que se comprometió a
entregar 1.280 millones de dólares este año (243.000 millones de
pesetas). Esa cantidad, superior a los 1.250 millones de dólares
que se habían propuesto alcanzar la Comisión Europea y el Banco
Mundial, que organizaron la reunión, será destinada a financiar
«las reformas económicas, sociales e institucionales» en la
República Federal de Yugoslavia (RFY). Un total de 43 países y 25
organizaciones internacionales participaron en la reunión de
Bruselas, en la que Yugoslavia estuvo representada por su
viceprimer ministro, Miroljub Labus.
El representante yugoslavo se declaró «totalmente satisfecho»
del resultado de la conferencia y afirmó que la reestructuración
del gobierno federal yugoslavo, que provocará la dimisión del
primer ministro Zoran Zizic, «no va a afectar a las reformas
económicas ni a la aplicación» de lo acordado hoy en Bruselas. La
Comisión Europea anunció su compromiso de entregar 530 millones de
euros (unos 477 millones de dólares), de los que 230 será ayuda
directa no humanitaria destinada a financiar distintos proyectos en
varios sectores. De esa cantidad, 200 millones serán destinados a
Serbia, 20 millones para Montenegro y 10 para financiar programas
federales sobre gestión de aduanas y fronteras.
Los otros 300 millones de euros son ayuda macroeconómica que
cubrirá el periodo 2001-2002 en forma de garantías de préstamos. EE
UU, que no anunció hasta el último momento su participación
condicionada a la entrega de Milosevic a La Haya, se comprometió a
la entrega de 181'6 millones de dólares, aunque Belgrado esperaba
600.
Mientras, la extradición de Milosevic continuó ayer suscitando
reacciones en todo el mundo, en su mayoría para aplaudir la
extradición y solicitar que prosigan las detenciones de criminales
de guerra. Alemania expresó su confianza en que la entrega de
Milosevic agilice la detención de otros acusados como los ex
líderes serbobosnios Radovan Karadzic y Ratko Mladic, para quienes
esta ha de ser una «seria señal de advertencia».
Fuentes de la cancillería germana aseguraron que la detención no
ha sido fruto de una «transacción» entre la comunidad internacional
y Belgrado y que el gobierno serbio no ha «vendido» al ex
presidente yugoslavo a causa de las presiones ejercidas por Estados
Unidos.
Por su parte, Rusia impidió ayer al Consejo de Seguridad de la
ONU, a propuesta de Estados Unidos, congratularse por la
extradición del ex presidente yugoslavo.
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