Turistas y judíos que rezan se cubren ante la 'lluvia' de piedras que lanzan los palestinos.

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EFE-JERUSALÉN En la jornada mas violenta de los últimos meses en Jerusalén, y cuyos efectos se extendieron también a Cisjordania y Gaza, cerca de treinta palestinos resultaron heridos en la ciudad vieja al ser reprimidos con gases lacrimógenos por la policía cuando apedreaban desde la colina a los judíos que oraban en el Muro de las Lamentaciones. Justamente ayer, día 9 del mes de Av, según el calendario judío, se cumple el aniversario de la destrucción del Primer Templo, el del rey Salomón, por parte del emperador babilonio Nabucodonosor, y del Segundo Templo, el de Herodes, en el año 70 d.C., por orden del emperador romano Tito.

Toda la tensión y los enfrentamientos registrados ayer tenían su origen en la pretensión del grupo ultranacionalista «Los Fieles del Tercer Templo» de colocar la primera piedra de un nuevo santuario justamente en el lugar conocido como 'Haram es-Sharif', o Explanada de las Mezquitas, donde se ubican las de Omar y Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes tras las de La Meca y Medina. A fin de evitar disturbios debido a la extrema tensión causada, que comenzó el sábado al trascender la intención de «Los Fieles del Templo», las autoridades instaron a sus miembros -decenas de extravagantes ultranacionalistas que cada año despiertan las iras de los palestinos con ese viejo «proyecto»- a celebrar la ceremonia a primeras horas de la mañana en un terreno fuera de la ciudadela. No obstante, poco después estallaron los disturbios en la Explanada de las Mezquitas, donde, según cálculos policiales, se concentraron unos 3.500 palestinos.

Los incidentes coincidieron también con la entrada, precisamente ayer, en el décimo mes de la «intifada» palestina, que comenzó en esa explanada, tras una visita del entonces líder de la oposición y actual primer ministro de Israel, el derechista Ariel Sharon, para «reafirmar la soberanía judía» sobre el Monte del Templo, que es como llaman los judíos a Haram es-Sharif. Según los musulmanes, el Muro de las Lamentaciones o «Kotel Hamaarabí», el principal santuario judío a pocos pasos de las mezquitas no es, como sostienen éstos, el único vestigio que queda de los templos de Salomón y Herodes, sino el «antiguo muro de un cementerio islámico».

Los palestinos y el mundo árabe en general consideraron el anuncio de «Los Fieles del Templo» como una afrenta y los máximos líderes religiosos instaron a los musulmanes del Estado de Israel y de los territorios palestinos, a «defender con sus cuerpos el honor del Islam». En los choques con los palestinos, centenares de los cuales se habían atrincherado en la mezquita de Al Aqsa también resultaron heridos a pedradas 15 policías israelíes y más de diez palestinos fueron detenidos.