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El Gobierno argentino se mostró ayer confiado en que su política de equilibrio de las cuentas públicas no sólo acabará con la «crisis de crédito» del país, sino que ayudará a recuperar el crecimiento económico tras tres años de recesión. En una reunión con corresponsales extranjeros pocas horas después de que el Senado convirtiese en ley las medidas dirigidas a lograr un «déficit cero» en las cuentas públicas este año, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, destacó que ningún Gobierno puede dar «garantías» sobre el resultado de sus políticas económicas.

No obstante, Colombo indicó que «en cualquier escenario internacional» el «tener un sector público en equilibrio va a beneficiar a todos los ciudadanos». «En los últimos tres años del Gobierno anterior, el gasto del Estado creció irracionalmente y eso restó oportunidades de desarrollarse al sector privado», señaló Colombo sobre el déficit, que equivale al 2'4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), cifrado en más de 280.000 millones de dólares.

La ley aprobada ayer se basa en el principio de que el Estado no puede gastar más de lo que recauda e incluye una reducción del 13 por ciento en los salarios de los empleados públicos y en las pensiones de los jubilados que sean superiores a los 500 pesos (o dólares).

Colombo adelantó que esta semana el Gobierno lanzará otras «cuatro o cinco medidas» de ahorro que tienen que ver con las compras del Estado y la modificación de las estructuras de los ministerios del Interior y Educación. A pesar de las buenas perspectivas del Gobierno, las primeras voces en contra de la ley no se han hecho esperar, y varias organizaciones sindicales han anunciado próximas movilizaciones.