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C. RUIZ/J. MASCARELL La joven mallorquina Beatriz Alonso, operadora de cámara en Telenova, junto con dos amigas más, está pasando sus vacaciones en Nueva York. Llegó el pasado jueves y está en Brooklyn en casa de una amiga corresponsal en Nueva York de un periódico de Cataluña. El martes, la llamada de un compañero de trabajo de su amiga les alertó de lo que estaba sucediendo en Manhattan. «Cuando nos llamó pusimos la CNN y vimos la primera torre ardiendo, pero creímos que se trataba de un accidente aéreo», relata Beatriz.

Sin pensárselo dos veces y sin imaginarse por un momento que podía tratarse de un atentado terrorista, las amigas salieron a la calle para contemplar el suceso en directo. «Queríamos ver cómo avanzaba el fuego y nos dirigimos al puente de Williamsburg». Para entonces la primera torre gemela ya se había desplomado y «vimos cómo caía la segunda. El polvo invadió la zona y ha perdurado durante las 24 horas siguientes».

Por el puente, pretendían llegar hasta Manhattan, pero inmeditamente la zona quedó acordonada. «No pasamos miedo», asegura Beatriz, «porque no sabíamos lo que estaba pasando». «Oíamos cosas, pero no sabíamos con seguridad qué ocurría. La policía gritaba que nos alejarámos, que no nos quedásemos parados. Creo que en ese momento no tenían controlada la situación y no sabían qué más podía suceder», indica Beatriz. «Sobre todo, los policías, que ya comenzaron a repartir mascarillas, querían que la gente se alejase de los edificios oficiales».

Cuando llegaron a su casa, se entaron de la envergadura de los sucesos. El World Travel Center, uno de los grandes símbolos de la economía americana, había sido atacado por terroristas suicidas. El Pentágono, en Washington, también y los muertos se empezaban a contar por miles. Una vez relatado cómo vivió los acontecimientos, Beatriz Alonso asegura que ver desmplarse las Torres Gemelas fue «terriblemente impresionante».