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Nuria García y Marcos Marco -hija de Margarita Lliteras, ex-directora del Ibavi, y entrenador del sa Graduada, respectivamente- han vivido la tragedia en la capital de EEUU. Vanessa Colomar -hija de José Colomar, presidente de Fomento del Turismoen Nueva York. Los tres han relatado a Ultima Hora Ibiza y Formentera lo que supuso el día después de la tragedia.

Vanessa Colomar decía ayer que por la tarde, el mismo día del atentado, la ciudad quedó desierta. «Salvo los vehículos de emergencia y los efectivos de rescate, el resto de la población se escondió en sus hogares. Hoy por la mañana (ayer) se levantó un día precioso, sin apenas viento. Menos mal, porque sino hubiera levantado otra vez el polvo del derrumbe. Es un día para asimilar lo ocurrido. A mí me ha chocado más hoy que ayer, que he pasado de los nervios al miedo. Nueva York ya no volverá a ser igual. No he podido ir a trabajar porque mi oficina está frente a Wall Street y allí no hay línea de teléfono ni electricidad y está todo lleno de cenizas. Pienso que tardaremos un mes en volver a hacer nuestro trabajo», relatava.

Por su parte, Nuria García contaba que en el centro médico donde trabaja, junto a la Casa Blanca, estaban recibiendo una avalancha de llamadas de gente que necesitaba consultas y masajes para relajarse. «En la lista de consultas de hoy (por ayer) había dos señoras que estaban dentro de uno de los aviones que explotaron. En Washington hay muchísima policía por todas partes pero quieren que todo vuelva a la normalidad. Elegí EEUU para pasar este año en vez de Pakistán porque a mi familia y a mi nos pareció más seguro pero está claro que este país no es tan intocable como ellos mismos se creen. Es irónico», dijo.

El entrenador del Sa Graduada, Marco Marcos, se mostró ayer preocupado por su situación en el país. «Mi mujer tiene una beca de investigación y trabaja en una base militar estadounidense situada frente al Pentágono, en la orilla opuesta del río Potomac, en Washington. Hoy (ayer) tuvo que ir a trabajar. Para dar impresión de tranquilidad, le han dicho. Yo no me despego de la televisión para ver cuando puede telefonear al aeropuerto más cercano, el de Dules. Precisamente el avión que se estrelló en el Pentágono salió de esta misma terminal. Confió en tener suerte y poder hacer un vuelo directo a España. Estoy muy desconcertado».