El presidente Bush conversa con un bombero que trabaja en las tareas de rescate.

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EFE-WASHINGTON Estados Unidos comienza a afinar la maquinaria para posibles represalias por los atentados en Nueva York y Washington, después de que el Congreso aprobara 40.000 millones de dólares (7'2 billones) para el rescate y la operación militar de represalia. El Senado aprobó ayer por decisión unánime dos resoluciones que agilizan el proceso de reconstrucción y dan luz verde al presidente George W. Bush para ordenar el uso de la fuerza militar.«Los líderes de ambas cámaras han reconocido la urgencia de aprobar los fondos, los que sean necesarios, para la reconstrucción», dijo la senadora demócrata de Nueva York, Hillary Clinton. El líder de la minoría republicana en el Senado, Trent Lott, dijo que en «este histórico día», los legisladores han dado al presidente «la autoridad que necesita» para ayudar a las víctimas y castigar a los responsables.

Los daños materiales podrían alcanzar los 25.000 millones de dólares. La ciudad de Nueva York fue la más afectada por los atentados aéreos, que eliminaron del mapa a las Torres Gemelas, y causaron más de 100 millones de dólares en daños a las instalaciones del Pentágono. La ayuda se divide en tres paquetes: una primera ayuda de 10.000 millones de dólares que se entregarán inmediatamente para las operaciones de rescate; otros 10.000 millones que se desembolsarán tras un periodo de quince días para estas mismas tareas y tras la petición por escrito del presidente; y 20.000 millones más que sólo se entregarán cuando Bush haga una petición expresa al Congreso.

Durante un «Día de oración y recuerdo» y en una clara muestra de unidad, los miembros de ambas cámaras del Congreso aprobaron un fondo de emergencia de 40.000 millones de dólares para asistir a las víctimas del peor atentado en la historia de EE UU. Esa cantidad, aprobada con una velocidad inusitada "el Congreso normalmente se enfrasca en reñidos y largos debates", es el doble de lo que había pedido Bush. En la «histórica votación», los legisladores dejaron de un lado sus diferencias filosóficas y políticas «porque estamos en tiempos de crisis y nada nos divide», dijo el senador demócrata de Virginia Occidental, Robert C. Byrd. «Unidos superaremos esta crisis».

El Senado aprobó la resolución sobre el uso de «toda fuerza necesaria y adecuada contra cualquier nación, organización o personas» vinculadas a los ataques terroristas del 11 de septiembre, o a sus patrocinadores. En esta resolución, también se reafirmó el poder que la Constitución confiere al presidente estadounidense para el uso de fuerzas militares. Previamente, se eliminó de la resolución las cláusulas que le hubiesen autorizado a Bush a usar la fuerza incluso para incidentes futuros.