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Diputados y funcionarios del Parlament, encabezados por su presidente, Maximilià Morales, se concentraron ante la sede de la Cámara balear para guardar un minuto de silencio en solidaridad con las miles de víctimas que provocó la oleada de atentados perpetrados en Estados Unidos el pasado martes. Con esta manifestación silenciosa, los trabajadores de la institución legislativa quisieron hacer público también su rechazo a esta sucesión de episodios violentos. Este homenaje se repitió en la práctica totalidad de ayuntamientos de las Islas. Otros de los colectivos que organizaron actos de homenaje similares fueron la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Ejército de las Islas, que igualmente reservaron unos minutos de silencio para condenar estos atentados.

En el Palau de l'Almudaina, unas 300 personas siguieron con un respetuoso silencio el toque de oración por los caídos interpretado por la banda de música de la Comandancia General de Balears. El general jefe de la Zona Militar, Tomás Formentín, presidió el acto que se repitió en todas los acuartelamientos con el objetivo de rendir un homenaje a las miles de víctimas del atentado terrorista. Junto a él estuvieron Mercedes Conrado, delegada del Patrimonio Nacional en la Almudaina, el general Rafael Dávila, comandante militar de Mallorca, y el agente consular de EE UU, Tumy Bestard. En una segunda fila se situaron los jefes del Sector Naval y Aéreo y de la Guardía así como numerosos mandos del Ejército.

El representante de EE UU, muy afectado por los acontecimientos, declaró al finalizar el homenaje que expresaba «su agradecimiento a la sociedad balear por la solidaridad expresada en estos dífíciles momentos». «Agradezco a las gentes de Mallorca, a sus autoridades y a esa cantidad impresionante de personas que se han puesto en contacto conmigo para ofrecer sangre, dinero, lo que hiciera falta. Dentro de la desgracia total, hay un consuelo de saber que Estados Unidos tiene muchos amigos en esta isla», señaló.