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FRANCE PRESS/EFE Los aliados europeos de Estados Unidos reafirmaron en la cumbre de Londres su solidaridad con Washington, a pesar de que las opiniones públicas de muchos países del mundo se oponen cada vez más a las operaciones militares en territorio afgano. La falta de resultados concretos tras casi un mes de ofensiva, así como el sufrimiento causado a la población afgana por los llamados «daños colaterales» de los bombardeos han sembrado la duda entre muchos de los que, tras los atentados del pasado 11 de septiembre, apoyaron sin dudarlo la campaña estadounidense. Los dirigentes reunidos en Londres decidieron que no se podía extender el ataque a otros países.

Durante una conferencia de prensa en Nueva Delhi, el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, expresó su satisfacción con el resultado de los bombardeos, cuya eficacia «está mejorando día a día», reconoció que «a estas alturas, los bombardeos ya no pueden ser precisos» y señaló que la guerra no durará años. «Cuánto tiempo va a durar, no lo puedo determinar. Por supuesto, esperamos que todo esto dure lo menos posible», agregó. La negativa de Rumsfeld a la solicitud de Pakistán para que suspenda los bombardeos contra Afganistán durante el mes sagrado de Ramadán produjo ayer expresiones de malestar en los medios paquistaníes.

Mientras, aviones estadounidenses castigaron ayer con dureza las posiciones talibanes a lo largo de la frontera con Tayikistán y de los frentes de Kunduz, Taloqán y Mazar i Sharif, mientras la Alianza del Norte anunció una gran ofensiva contra el régimen de Kabul. Los ataques aéreos estadounidenses, que entraron ya en la quinta semana consecutiva, también se dirigieron ayer contra la zona del río Ai Janóm, por donde la artillería talibán disparaba contra los convoyes de suministros rusos que han empezado a llegar a manos de la Alianza, entre ellos unos 40 carros de combate T-55.