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JAVIER OTAZU (RAWALPINDI) Cuatro personas murieron ayer durante la jornada de protesta convocada por los grupos religiosos paquistaníes contra el Gobierno del país y su política de apoyo a los bombardeos sobre Afganistán. Los incidentes más graves tuvieron lugar en la estación de tren de Shadan Lund (sureste), cuando unos 4.000 manifestantes bloqueaban la vía entre las provincias de Punjab y Sindh. La policía empleó contra ellos fuego real y en los disturbios murieron cuatro personas.

Las principales ciudades de Pakistán fueron escenario de manifestaciones de protesta contra el Gobierno de Musharraf, al que reprochan haber cedido su espacio aéreo y varias bases para labores logísticas de las tropas estadounidenses que bombardean Afganistán. En Peshawar, junto a la frontera afgana; Karachi, al sur del país, y Rawalpindi, 30 kilómetros al sur de Islamabad, las manifestaciones terminaron violentamente, y la policía tuvo que dispersar con gases lacrimógenos a los manifestantes que lanzaban cascotes.

Estos incidentes se produjeron al término de la plegaria del viernes en las mezquitas, a primera hora de la tarde, pero en general no fueron muy numerosos y apenas congregaron a unos pocos miles de personas en todos los casos. Además, la jornada transcurrió durante la mañana en calma en casi todo el país, debido en parte a que el Gobierno declaró hace dos días de forma sorpresiva que ayer sería fiesta nacional en conmemoración del nacimiento de un poeta.

Los comercios, que normalmente abren en días festivos, siguieron en gran parte la consigna de cierre que habían lanzado los convocantes de la protesta, una veintena de grupos religiosos unidos en el llamado Consejo de Defensa Pakistaní-Afgano. Piquetes de huelguistas que atacaron los comercios abiertos en Rawalpindi recibieron una contundente carga policial, y terminaron quemando neumáticos en una avenida principal, sin que se extendieran los disturbios.