Miembros de la Alianza del Norte custodian a soldados talibán en Herat.

TW
0
FRANCE PRESS/EFE Los bombardeos de EE UU y el cerco opositor sobre Kandahar obligaron al líder espiritual talibán, mulá Omar, a ordenar a sus milicias que abandonen ese bastión y huir hacia las montañas, mientras crece la tensión en Kunduz, último reducto de la resistencia talibán y posible refugio de Osama Bin Laden. Según Afghan Islamic Press, los talibanes entregarán Kandahar, sede de su cuartel general bombardeada de madrugada por EE UU, a dos líderes locales de la etnia pastún, como resultado de «profundas discusiones» entre jefes militares y colaboradores del mulá Omar.

Poco antes el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, aseguraba que la situación se estaba clarificando en el sur de Afganistán, donde -dijo- las fuerzas talibanes y Al Qaeda se han ido retirando y la oposición va ganando terreno. Rumsfeld informó de que centenares de soldados estadounidenses libraban intensos combates en varias zonas de Afganistán contra los talibanes, con especial intensidad en la ciudad de Bagram, y agregó que se ha detenido a varios líderes talibanes y que están siendo interrogados.

El Pentágono reiteró anoche su escepticismo con respecto a una presunta orden de evacuar Kandahar que el mulá Omar habría dado a los talibanes. «En cuanto al informe que ví acerca de que el mulá Omar puede estar renunciando al control de Kandahar, no apuesto mucho a eso en este momento», dijo John Stufflebeem, subjefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto.

Desde la caída de Kabul el martes, los dirigentes de la oposición y los líderes locales habían expresado su temor a que los talibanes se replegasen a las montañas afganas e iniciasen una guerra de guerrillas. El líder pastún Hamid Karzai, que trató de convencer a la milicia de que entregase la ciudad, dijo que una delegación de la Alianza del Norte y del ex rey Mohamed Zahir Sha salió de la ciudad paquistaní de Quetta con destino a Kandahar para reunirse con representantes de los talibán.