Cuando se pensaba que la amenaza bioterrorista comenzaba a
desaparecer, la infección por carbunco de una anciana de 94 años ha
reavivado el enigma de esta enfermedad y ha dejado aún más
desconcertados a los investigadores.
La anciana, que vive en Oxford, una zona rural de Connecticut,
sufre carbunco pulmonar, la versión más grave de la enfermedad que
provoca el «Bacillus anthracis», una peligrosa bacteria que ha sido
manipulada. Los investigadores policiales del FBI y científicos del
Centro para el Control de Enfermedades (CDC) aún desconocen quiénes
son los autores de estas acciones y están aún más sorprendidos
porque este nuevo caso no encaja con los aparecidos hasta el
momento.
La mujer, identificada como Ottilie Lundgren, no tiene ninguna
especial relación con los servicios postales o los medios de
comunicación, las dos vías principales en las que se ha
materializado la amenaza. «No hay ninguna prueba hasta ahora que
nos indique de dónde puede proceder el carbunco», declaró Howard
Quentzel, responsable de enfermedades infecciosas del Hospital
Griffin de Derby, donde ha sido ingresada en estado muy grave la
mujer.
Entre sus vecinos también ha cundido la alarma porque se
preguntan cómo puede haber contraído la enfermedad una mujer que, a
lo sumo, abandona su casa una vez al mes para acudir a la
peluquería.
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