Tropas de la Alianza del Norte entraron ayer en Kunduz por dos
frentes, mientras miles de talibanes se rendían y otros 3.000
ofrecían una feroz resistencia. El jefe militar de la Alianza del
Norte, general Mohamed Fahim, llegó ayer al frente de Talukán para
dirigir hoy domingo el asalto final a Kunduz, donde los talibanes
ofrecen resistencia. Estos extremistas islámicos árabes, chechenes,
pakistaníes y uygures están dispuestos a morir en combate y «se
preparan para luchar por cada calle y casa», dijo Fahim, ministro
de Defensa en el Gobierno de Afganistán.
Fahim confirmó que sus tropas reanudarán el asalto final a
Kunduz, último reducto talibán en el norte afgano donde ayer
entraron por dos frentes aunque su ataque fue paralizado por la
fiera resistencia de los integristas. Esta doble ofensiva fue
precedida y acompañada por rendiciones masivas de la talibanes
afganos. «Los que quieran capitular todavía tienen varias horas
para hacer el único paso correcto», sentenció el general Fahim y
añadió que los que depongan las armas podrán contar con ser
«amnistiados».
Otras fuentes del estado mayor de la Alianza del Norte
aseguraron que tras las rendiciones masivas de los talibanes
afganos los extremistas extranjeros prácticamente «han perdido el
control de la ciudad», donde tras los primeros ataques de ayer
«reina el caos». El viceministro del Interior del Gobierno talibán,
Mulá Mohamed Jaksar, anunció ayer en Kabul que ha abandonado su
cargo y que trabaja actualmente con el gobierno de la opositora
Alianza del Norte. El Mulá, que aclaró que nunca salió de Kabul
sino que fueron los otros dirigentes talibanes los que huyeron a
Kandahar (sur del país), se mostró dispuesto a participar en un
futuro proceso de paz.
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