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JORGE BAÑOLES-WASHINGTON Estados Unidos sigue enviando tropas a territorio afgano, las últimas de ellas llegadas el miércoles desde Uzbekistán, y no descarta establecer otras bases en suelo afgano, afirmó el jefe del Comando Central, general Tommy Franks. Además, cerca de 800 marines han construido una base en las cercanías de Kandahar, desde la que piensan cortar la comunicación entre los dirigentes de la red terrorista internacional Al Qaeda y sus tropas, y soldados británicos operan en suelo afgano. Estados Unidos, que ya dispone de un aeródromo en el sur de Afganistán, busca otra pista para las operaciones de sus aviones y helicópteros en el norte del país.

Soldados de EE UU continúan explorando los alrededores de Mazar-i-Sharif y otras áreas del norte para «el establecimiento de una base desde donde puedan operar nuestros aviones», admitió Stufflebeem.

Mientras, las fuerzas antitalibanes se aproximaron ayer a la ciudad de Kandahar, último bastión del derrocado régimen integrista islámico, aunque fuentes de la Alianza del Norte no consideraron inminente su caída. Las informaciones difundidas por un portavoz de la Alianza sobre la situación en torno a Kandahar coinciden con el reforzamiento de la presión estadounidense en coordinación con las tribus pastunes locales para capturar la ciudad, feudo del líder talibán, el mulá Omar. Bismilá Jan, comandante de la Alianza del Norte, dijo en Kabul que las fuerzas antitalibanes habían llegado a las afueras de Kandahar, ciudad situada 450 kilómetros al suroeste de Kabul y que se registraban combates en esa zona.