Las posiciones de las fuerzas enemigas en Kandahar, el bastión de
los talibanes al sur de Afganistán, continúan virtualmente
inamovibles con los combatientes de la milicia y las tropas
enemigas leales a jefes tribales pastunes esperando al parecer que
el otro bando tome la iniciativa. Los líderes de los talibanes
ordenaron a sus combatientes «defender Kandahar hasta el último
hombre». Mientras aviones estadounidenses continúan bombardeando la
ciudad y tropas al mando de jefes tribales pastunes amenazan con
atacarla desde varios frentes.
Fuentes próximas a ese mando afirmaron que los bombardeos que
está sufriendo la población son unos de los más intensos desde que
EEUU inició sus ofensiva armada contra los talibán y que ayer
causaron más de 30 víctimas, entre soldados talibán y civiles. Pero
ni las bombas ni los miles de combatientes de jefes tribales
intimidaron a los talibanes, que mantienen su control de la
población. «Nuestros líderes prefieren la muerte a la humillación»,
declaró ayer a la agencia Afghan Islamic Press el antiguo embajador
de los talibanes en Pakistán, Abdul Salam Zaeef.
Los jefes dieron ordenes de «defender Kandahar hasta el último
hombre», añadió el antiguo diplomático después de que el «mulá»
Mohamed Omar, pidiera a sus seguidores seguir luchando. Por otro
lado, combatientes pastún afganos tomaron ayer parte del aeropuerto
de Kandahar, que estaba en poder del Talibán y sus aliados de Al
Kaidah. «Las tropas de Gul Agha y Gud Fida Mohammad han entrado en
el área del aeropuerto y continúan los combates», dijo un portavoz
de Gul Agha.
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