El primer ministro israelí, Ariel Sharon, expone anoche a su
Consejo de Ministros su nuevo plan de lucha antiterrorista tras los
últimos atentados palestinos. Entretanto, y como adelanto a las
iniciativas que puede contemplar dicho plan, helicópteros y aviones
de guerra israelíes bombardearon de forma masiva varias ciudades
palestinas en Gaza y Cisjordania, y destruyeron los dos únicos
helicópteros de Arafat y parte de su residencia oficial. «El
Consejo israelí de Ministros estudia una serie de medidas que
desencadenarán un serio escalonamiento de las actividades militares
contra las organizaciones islámicas palestinas y la Autoridad
Nacional Palestina (ANP)», dijo anoche uno de los comentaristas de
la televisión pública. La violencia en Oriente Medio ha alcanzado
niveles sin precedentes a raíz de una serie de ataques de
integristas palestinos en Jerusalén y Haifa, en los que en menos de
24 horas murieron 26 israelíes y 3 suicidas palestinos.
En su discurso a la nación, que ya ha sido calificado de
«declaración de la guerra» por los palestinos, el primer ministro
israelí habló de «una guerra que se nos ha impuesto», con
referencia a estos y otros atentados, y aseguró que librará una
lucha sin cuartel contra los responsables. «Israel perseguirá a los
autores hasta capturarlos», aseguró Sharon, quien agregó que «si
Arafat no puede hacerse responsable (de los territorios bajo su
jurisdicción), que deje el cargo a otro». «Arafat es el responsable
de todo lo que sucede aquí y el principal obstáculo a la paz en la
región. Lo hemos visto en el pasado, en el presente y lo veremos en
el futuro, pero esta vez no le permitiremos que nos engañe»,
agregó, sin revelar el más mínimo detalle de su plan
antiterrorista. Pero sustituir a Arafat no parece ser la voluntad
de los palestinos, que ayer advertían de que la alternativa sería
el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS).
«Si alguien cree que el alejamiento de Arafat traerá la paz a la
región está equivocado, a pesar de la difícil situación en el
terreno y la desesperación en la que viven ambos pueblos», subrayó
el ministro para la cuestión de los presos palestinos, Hisham
Abdelrazek. Fuentes próximas a Sharon revelaron a la televisión
pública que habrá un ataque frontal contra las instituciones de
Gobierno de la ANP y sus símbolos nacionales, si bien el plan no
contempla su completa destrucción ni la eliminación física del
presidente palestino. Los bombardeos israelíes de ayer por la tarde
contra Gaza capital, Jenín y Belén -en los que el Ejército usó
cazabombarderos F-16 por segunda vez desde que estalló la «Intifada
de Al Aksa»- pueden ser una estratagema de Sharon para tratar de
conservar su Gobierno.
Al menos un palestino murió y otros 20 resultaron heridos en un
bombardeo masivo contra comandancias de Policía y otros objetivos y
cuyo punto culminante fue la destrucción de los dos helicópteros
del presidente palestino en Gaza. «No es un ataque contra Arafat,
ni su casa ni su oficina. Es un claro mensaje para que éste combata
el terrorismo», dijo Raanán Gisin, portavoz del primer ministro
israelí. Los ataques israelíes causaron también cuantiosos daños
materiales, sobre todo en Gaza, donde la explosión de una
habitación con municiones causó un grave incendio y la huida masiva
de la población civil por temor a nuevos bombardeos. Sin conocerse
aún con certeza las intenciones de Sharon, de lo que no parece
haber dudas es que el primer ministro israelí ha cerrado hoy la
puerta, de forma definitiva, a un arreglo político que lleve la
firma de Yaser Arafat.
El Ejército hebreo bombardea con misiles las ciudades de
Gaza, Belén y Jenín
Los palestinos consideran que el primer ministro Sharon les
ha declarado la guerra
Estados Unidos y Reino Unido consideran que Israel tiene derecho a
defenderse
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